HISTORIA

OJACASTRO Y SUS 12 ALDEAS

INTRODUCCIÓN

El municipio de Ojacastro está situado en el sector oeste de La Rioja y pertenece a la subcomarca de La Sierra “Alto Valle del Oja”.

En la actualidad, el municipio de Ojacastro está formado por cinco núcleos de población, aunque su escudo representa 12 aldeas. Los núcleos habitados son: la villa de Ojacastro y las aldeas de Tondeluna, Arbiza, Uyarra y San Asensio de los Cantos (o Santasensio). Pertenecen también al municipio, aunque despobladas: Amunartia, Ulizarna y Zabárrula. Documentadas aunque desaparecidas aparecen Larrea, Escarza, Masoga, Espicia y Matalturra, y otras con alguna referencia, como Zarracucha.

Hasta el siglo XIX estas aldeas se dividían en dos cuadrillas: la de Arrupia, que comprendía las de la margen izquierda del río Oja y la de Garay, que hacía lo propio con las de la margen derecha. La villa de Ojacastro está formada por tres barrios: el barrio de Abajo o del Pisón (de forma lineal), el de La Nuza, donde se halla La Antigua, anterior iglesia parroquial y Barrumbarro, con la actual iglesia y la plaza del Ayuntamiento.

En 1752, el catastro del Marqués de la Ensenada recogía 142 casas habitadas, 21 inhabitadas y 56 arruinadas. Un siglo después, Madoz especificaba 179 casas habitadas. En 1940 alcanzó su techo con 789 personas. En la actualidad, son 180 habitantes, aunque en 1996 se llegaron a los 241 habitantes.

El futuro de Ojacastro es alentador, ya que las buenas comunicaciones y la ubicación en este entorno natural es inmejorable. Además, el empuje de la estación de esquí, inaugurada en 1976, y que cada año atrae a más esquiadores, hacen que se restauren casas para segundas viviendas.

HISTORIA

Las primeras evidencias de la ocupación de Ojacastro se remontan a la época neolítica en forma de fl echas de pedernal y un hacha pulimentada. En las cercanías de las aldeas de Zabárrula, Ulizarna y Arbiza, se han localizado hachas de piedra (llamadas piedras de rayo).

En época romana, parece ser que hubo un asentamiento de tipo militar. Los Votos de San Millán, recogen en el año 939 los primeros testimonios escritos, en los que se menciona con una gran extensión: “Vallen de Ogga Castro de vértice montis usque ad Iberum flumen”.

En la época de la Reconquista, el valle quedó despoblado. En el siglo X el valle pertenecía al reino de Navarra, cuyo monarca, García Sánchez, llevó a cabo una política repobladora por la que llegaron monjes y colonos vascones. En 1074, pasa al reino de Castilla y su castillo queda abandonado.

En Ojacastro se habló la lengua vasca durante siglos. En el Fuero que los reyes de Castilla otorgan a los habitantes de Ojacastro (año 1200) se concede utilizar el euskara en las instituciones castellanas.

Un siglo después (1312), Ojacastro encabeza a las Villas del Valle en el Fuero de Población concedido por Fernando IV en las Cortes de Valladolid. Este reconoce entre otras exenciones “que los homes e mugeres homicianos e malhechores que se vinieren a acoger en el dicho Valle…, sean defendidos e que ninguna Justicia non sea osada de entrar en el dicho Valle nin los pueda tomar nin sacar del”.

El último rey que confi rmó el fuero fue Fernando VII, en Madrid, el 13 de diciembre de 1814. Pocos años después, las reformas liberales abolieron esta clase de privilegios.

ECONOMÍA

La ganadería fue la base de la economía y por ello las aldeas de Ojacastro, hasta el siglo XVIII, superaban en población a la villa. Este auge hizo cultivar las tierras altas y las del llano quedaron cubiertas de frondosas. Se cultivó centeno, lino, cáñamo, trigo, habas y vid (en Larrea, existían viñedos a más de 1.300 metros de altura).

A partir del siglo XVI, la villa crece, reduciéndose la población de las aldeas. Los terrenos del llano se ponen en producción con cultivos como legumbres y cereal, y ya en el siglo XX, con choperas, nogales, manzanos….

Según el Catastro del Marqués de la Ensenada (año 1752), había en Ojacastro: 8 molinos harineros, 1 batán y 1 tejera municipal (fábrica de tejas y ladrillospara la construcción local que funcionó hasta principios el siglo XX). Madoz,un siglo después, habla de la existencia de 5 molinos harineros y 3 batantes.

La Mesta tuvo una gran importancia en la zona: la Cañada Real del Oja lo atestigua. Ezcaray tuvo siempre Alcalde de Mesta y había un Teniente de Alcalde de la cuadrilla de Ojacastro, Santurde y Santurdejo. La extinción de la Mesta en el siglo XIX y la industrialización en el XX, influyeron en la decadencia y la pérdida constante de población. La construcción de la carretera de Haro a Ezcaray, a mediados del siglo XIX y el ferrocarril Haro-Ezcaray (en funcionamiento entre 1916 y 1964), acabaron con el aislamiento de la zona.